10 Mandatos para la salud de Manuel Lezaeta Acharán



Ahora presento a ustedes, un conjunto de mandatos enfocados a la salud natural, enunciados por don Manuel Lezaeta Acharán, chileno impulsor de la medicina natural y descubridor dela doctrina térmica y escritor de un libro muy reconocido, “La Medicina Natural al alcance de todos”. El listado y las citas textuales que ilustran cada mandato, son extracto de esta publicación, donde el autor nos ilustra sobre este tema, con sencillez y sentido común, RC.

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10 MANDATOS PARA LA SALUD

1. Respirar siempre aire puro.
Como decía Hipócrates: “El aire puro es el primer alimento y el primer medicamento.”
... en la práctica parece que el hombre no se diera cuenta de la importancia que tiene el aire como fuente de energía vital, pues, en las ciudades principalmente, se vive huyendo del aire puro y buscando el aire confinado e impuro...
Para que la piel desempeñe sus funciones es indispensable que esté en contacto directo con la atmósfera o a lo menos que ésta se renueve sobre aquélla, de aquí la importancia de los baños de aire y lo perjudicial de las camisetas y ropa pegada al cuerpo.

2. Comer exclusivamente productos naturales.
Alimento natural es el que ofrece la Naturaleza en cada lugar y en su época. Él conviene á nuestra estructura orgánica y necesidades fisiológicas, pudiendo comerse en el estado que lo ofrece la Naturaleza,
El alimento natural se apetece y es susceptible de ser comido tal cual lo ofrece la naturaleza, sin cocerlo, asarlo o someterlo a preparación previa, como sucede con las frutas y semillas de árboles.
La alimentación de frutas y semillas despierta los sentimientos nobles y elevados, fortifica la inteligencia y la voluntad.

3. Ser sobrios constantemente.
Ser sobrio, es comer poco, bien masticado y en 'tiempo oportuno.
El exceso en la comida es tan perjudicial como ingerir alimentos innaturales porque, forzado el trabajo del aparato digestivo, se congestiona y eleva la temperatura en él, con lo qUe se producen fermentaciones malsanas que desarrollan tóxicos envenenadores de la sangre.
Por naturaleza el hombre es uno de los seres más frugales de la creación, siendo sorprendente la pequeña cantidad de alimento que necesita para reparar sus fuerzas.

4. Beber únicamente agua natural.
La Naturaleza nos ha dado el agua como única bebida, ya que la ha puesto a nuestra disposición con mano generosa en el río, en la fuente y en el arroyo.
El agua es la única bebida natural y no sólo es un alimento sino también una medicina, tanto al interior como al exterior.
El agua todo lo purifica y es éste el efecto que produce usada en bebida y en baños.

5. Tener suma limpieza en todo.
La limpieza orgánica es salud, la impurificación es enfermedad.
... el funcionamiento del organismo humano será normal si está limpio y anormal si está sucio.
... el organismo impurificado pierde su energía vital y ésta se acrecienta con la purificación orgánica.
La limpieza que debemos tener no se reduce sólo a nuestra persona, sino a cuanto nos rodea.

6. Dominar las pasiones, procurando la mayor castidad.
Nuestra mente controla nuestra actividad afectiva y ésta a la vez impresiona el sistema nervioso, de donde resulta la importancia que tiene la educación de la fuerza mental en el dominio de nuestros nervios.
La vida tranquila, sin ambiciones desproporcionadas y libre de preocupaciones intensas, es condición indispensable para una buena salud.

7. No estar jamás ociosos.
El trabajo es una doble ley impuesta al hombre: ley fisiológica, porque el movimiento es vida, y ley moral porque es mandato de Dios que dijo al hombre: "Con trabajo y sudor comerás el pan de cada día."
El trabajo es fuente de bienestar moral y material y, a la inversa, la ociosidad causa de miseria física y depravación moral, ya que conduce a la falta de salud, pobreza y vicios.
El ejercicio físico es uno de los estimulantes de la energía vital y, por tanto, un agente de curación de las dolencias.

8. Descansar y dormir sólo lo necesario.
Así como la ley natural nos impone el trabajo y el movimiento, nos manda también descansar, a fin de reparar el desgaste producido por la actividad orgánica. El descanso supone el trabajo y, lógicamente, quien no se ha cansado no debe descansar.
La Naturaleza nos indica las horas de actividad que empiezan con el día y terminan con la puesta del sol. la mayor actividad de la Naturaleza comienza a medianoche hasta mediodía, decayendo,.desde el medio día hasta la medianoche.
Con el descanso se toman nuevas fuerzas y se eliminan toxinas que traban el normal funcionamiento. del organismo.

9. Vestir sencillamente y con holgura.
El hombre tiene su piel para estar en permanente contacto con el aire, así como el pez tiene la suya para estar en el agua. Para este fin, la piel posee órganos que le permiten aprovechar los elementos indispensables para la vida: aire, luz, tierra y calor solar. Se comprende así que el hombre debiera vivir desnudo o a lo más, débilmente protegido para no aislarse de los elementos que son fuente de vida.

10. Cultivar todas las virtudes, procurando siempre estar alegres.
La primera virtud del hombre es amar al Supremo Hacedor, autor de la Naturaleza, fuente de todos los bienes de que disfrutamos.
El cuerpo sano goza de paz espiritual, mente clara y corazón alegre, reinando armonía en las funciones fisiológicas y en el estado del alma.
El hombre que goza de salud física y moral procura el bien del prójimo, a quien desea verlo disfrutando de su propio bienestar.
Manuel Lezaeta Acharán
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